
jueves, 26 de noviembre de 2009
EL VOLEY PERUANO DESPUES DEL SEÙL

Después de 1988, Gina y Cecilia se retiraron de la selección para jugar profesionalmente en Italia. Era una decisión completamente justificada pues ya le habían dedicado muchos años a la selección nacional; además, tenían que aprovechar que sus cuerpos aún no cedían al cansancio para ganarse un buen sueldo en el exterior. También era tiempo que viniera una nueva generación de jugadoras y todo parecía indicar que el Mundial Juvenil en el Perú en 1989 iba a producir a una nueva generación de campeonas.
Janet Vasconzuelo ataca contra China en el Mundial Juvenil de Perú '89. Fue el mejor partido peruano, con una victoria por 3 a 1. Jéssica Tejada se lesionó en el 3er set. [Archivos de El Comercio]
Carlos Aparicio, que fue asistente de Mambo durante todo este tiempo (salvo en 1987 cuando lo reemplazó Richard Lira), armó un equipo alto, pero no lo suficientemente fuerte como para contrarrestar a equipos como Brasil y Cuba. La única que atacaba con fuerza era Paola Paz Soldán; Margarita Delgado y Sammy Duarte bloqueaban bien en el medio pero no tenían ataques centrales contundentes; Rocío Cerna y Janet Vasconzuelo atacaban inteligentemente pero no eran muy altas; y por último Jéssica Tejada era una armadora menos que estelar.
Aún así, consiguieron un cuarto puesto detrás de Brasil, Cuba y Japón, dándole al país esperanzas de buenos tiempos a venir. Pero de todas estas jugadoras, sólo Margarita Delgado llegó a formar parte del sexteto titular de mayores bajo la dirección de Mambo. Janet asumió el rol de jugadora defensiva (lo que ahora ha evolucionado al rol de líbero), pero el resto de la generación, por diversas razones, desapareció.
Con la partida de "la zurda de oro", Mambo comenzó a utilizar a Mírian Gallardo, “la zurda de plata”, muy esporádicamente en el sexteto titular. En la Copa del Mundo de 1989 en Japón, Mambo se vio forzado a utilizar a algunas juveniles, pues Rosa no consiguió permiso de su club italiano para ausentarse por unas semanas. Jéssica Tejada tuvo que reemplazarla, aliviando a Sonia Heredia que actuó como armadora momentáneamente (y que, según dijeron los periódicos, no les fue mal a ninguna de las dos). Pero a pesar de estas medidas de emergencia, Mambo no dejó que las juveniles comenzaran a incorporarse todavía. Para el sudamericano de Curitiba en ese mismo año, Mambo reconvocó a Denisse y Cenaida, desplazando a Sonia Ayacuán y Margarita Delgado que habían comenzado a madurar en la cancha. En la final ante Brasil, las jugadoras experimentadas ganaron una vez más el título continental. Brasil, por lo tanto, arriesgó la victoria para incorporar a algunas jugadoras del joven equipo bicampeón mundial juvenil al plantel titular adulto.
1990: Brasil toma ventaja
En 1990, a escasos meses del decimoprimer Mundial de Mayores en China Popular, se llevaron a cabo los Segundos Juegos de la Buena Voluntad en Seattle, EEUU. A la ausencia de Denisse, Mambo le dio la oportunidad a Sonia Ayaucán de jugar de atacante de esquina. Y por primera vez, Rosa levantó de posición dos, como todas las demás armadoras del mundo, con lo cual Margarita jugó de posición central. Pero pronto se vio que esta fórmula no funcionaba. Ante la URSS, la altísima Chebúkina hizo lo que quiso con el bloqueo de Margarita. En el partido por el tercer lugar contra Brasil, Mambo se vio forzado a regresar a la fórmula anterior porque el ataque central de Brasil era muy rápido para Margarita. La lesión de la brasilera Ana Flávia en el tercer set ayudó a que Perú remontara el marcador y ganara el tercer y cuarto set. En el quinto—que ya se había modificado al sistema rally-point—Perú obtuvo el primer match-point, pero las imparables brasileras Márcia y Ana Moser remontaron el marcador desde 11 para ganar el set por 16 a 14. Esta victoria fue la primera indicación de que Brasil ya había superado al Perú.
El Mundial de China ‘90 pasó desapercibido en el Perú, no sé porqué. Sin embargo, pude leer en periódicos y en la revista de la FIVB sobre los acontecimientos de este torneo. La actuación peruana resultó en un decepcionante sexto lugar, detrás de la URSS, China, los EEUU, Cuba y Corea del Sur (equipo al que solíamos ganarle con facilidad). Sí hubieron ciertos destaques individuales: Sonia Ayaucán ganó el premio por la mejor recepción y Gaby comenzó a deslumbrar una grandeza que la llevaría a los niveles más altos durante el resto de su carrera.
De La Habana a Ibirapuera: 1991
1991 fue un año importantísimo para el vóleibol peruano:
Primero, se llevaron a cabo los Juegos Panamericanos en La Habana. Ahí, Perú se midió contra el poderoso equipo cubano y también contra Brasil. Segundo, estaba el sudamericano en São Paulo (cuyo campeón iría directamente a las Olimpiadas de Barcelona); y tercero, la Copa del Mundo en Japón, que servía de clasificatorio olímpico en caso de no ganar el sudamericano.
En los panamericanos, Perú ganó el primer partido contra Brasil por 3 a 2. Denisse había vuelto al equipo pero Cenaida no, así que Mírian Gallardo finalmente pudo ser titular después de tantos años, Margarita estaba fija en posición 2 porque Rosa continuó jugando en posición central. Pero luego Perú perdió contra las anfitrionas por 3 a 1, que era de esperarse porque Cuba y la estratosférica Mireya Luis se tornaron imparables en los comienzos de década. En la semifinal, Perú enfrentó de nuevo a Brasil, en un partido jugado bajo un calor caribeño infernal (y eso que el coliseo era parcialmente al aire libre). Brasil ganó el partido por 3 a 1, haciendo más clara la posibilidad de que Perú podría no clasificarse a Barcelona en el sudamericano. Nadie se había imaginado tal ocurrencia, ¡pues caramba, el Perú era el subcampeón olímpico!
Cilene Rocha pega contra el bloqueo de Mírian y Rosa en el sudamericano del '91 en São Paulo. Ida, Fernanda y Ana Flávia apoyan. Brasil ganó el partido por 3 a 1. [Archivo de fotos de la FIVB]
Cuando llegó la hora del sudamericano de São Paulo, Perú apareció más compacto como equipo. Margarita había entrado al esquema ofensivo mejor que Mírian, lo cual es irónico porque Mírian había sido suplente en la selección desde 1986. La final ante el equipo de casa, en un coliseo enteramente amarillo y con la torcida brasileira alentando a su equipo sin parar, resultó en una derrota peruana que dio una gran pena pues las jugadoras la lucharon bien. Pero jugar en Ibirapuera no es como jugar en cualquier otro coliseo del mundo. Más barullo no creo que se puede hacer en el mundo del vóleibol internacional.
Por el lado malo, el público arrojó chapitas, monedas y manzanas comidas a las jugadoras peruanas (una le cayó a Margarita antes de sacar). Fue un ambiente hostil que si bien no llegó al nivel vergonzoso de Santo André en 1981, son episodios que en el futuro no se deberían repetir. El cupo sudamericano a Barcelona se lo llevó Brasil. Ahora quedaba tan sólo una posibilidad para el Perú: la Copa del Mundo en Japón.
Rosa, Margarita, Gaby y Natalia listas para el saque. [PanTel]
La Copa del Mundo '91: siete veces Tántalo
Esta edición de la Copa del Mundo en noviembre de 1991 fue como el mito de Tántalo: varias veces el cupo olímpico parecía estar en manos peruanas, pero antes de poder agarrarlo se nos iba del alcance.
Perú comenzó ganándole a Corea del Sur, uno de los otros equipos que luchaba por la última vaga olímpica. Fueron 5 sets luchados a muerte, con el quinto terminando en 17 a 16 en rally-point. Corea nos estiró al límite, pero fue victoria peruana.
Luego Perú enfrentó al equipo soviético, las históricas rivales de Seúl. El equipo soviético era parecido al del ‘88, con la adición de Elena Batújtina y el reemplazo de la armadora Irina Parjomchuk por Marina Ñikúlina. Perú también tenía a cuatro titulares de Seúl, pero las soviéticas eran más sólidas como equipo. Aún así, Perú comenzó jugando muy bien, ganando 16 a 14 el primer set. [Vea la secuencia de una armada brillante de Rosa García.]El segundo set tuvo el mismo marcador, pero a favor de la URSS. Perú pudo ganar ese segundo set, en cuyo caso el tercer set hubiera sido diferente. Con una victoria ante la URSS, el camino a Barcelona hubiera sido un poco más fácil. Pero no sucedió así y Perú perdió al final por 3 sets a 1.
El equipo estadounidense también estaba compitiendo por el cupo a Barcelona. En el partido contra Brasil, los EEUU tuvieron que llegar a un quinto set para derrotar a las sudamericanas. Una victoria brasilera también nos habría ayudado a inclinar el balance a nuestro favor, pero lamentablemente no sucedió así. Brasil perdió en cinco sets y las estaunidenses continuaron su campaña pre-olímpica.
Mambo y Lucho Castro dando direcciones ante la URSS. [PanTel]
El partido contra Cuba fue agotador. A veces el Perú parecía controlar la fuerza desbordante de las caribeñas. Cuba cometió sus típicos errores infantiles que le costaron el 2do set, e inclusive iban perdiendo el 3ro por 11 a 7. Pero cuando Cuba está en apuros sólo hay un nombre que vale: Mireya. Mate a mate, grito a grito, la fabulosa Mireya Luis hundió bolas con furia en cancha peruana. Ella “puso las cosas en su lugar” y ayudó a Cuba a ganar el partido por 3 a 1.
Contra Canadá y España fueron partidos fáciles de 3 a 0. Pero contra Japón, un equipo al cual le debimos ganar, Perú llegó inesperadamente a un quinto set. Fue un partido bien luchado, casi tan intenso como aquel contra Corea. Pero empatados en 15, Rosa García—que siempre se caracterizó por tener la cabeza fría—falló saque y le dio la ventaja a Japón. Un punto después, las niponas ganaron el partido, gracias a ese regalo peruano que no debió suceder. Si Perú hubiese ganado ese partido, quién sabe, tal vez hubiéramos tenido una ventaja sobre los EEUU.
Contra China, hubieron momentos cuando Perú le jugó parejo a las asiáticas. Wu Dan, brillante en Seúl 88, parecía una jugadora más en la cancha. Perú perdió ese partido también por 3 a 1. Fue interesante ver que Mambo reemplazó a Miriam Gallardo por otra zurda, Milagros Cámere. Pero la Cámere no produjo milagros de ningún tipo.
Margarita (de espaldas), Gaby y Natalia esperando el saque.Fue la primera vez que el Perú vistió de azul oscuro. [PanTel]
Ya casi al final del torneo, la FIVB decidió que el cupo final a Barcelona se decidiría en un partido entre los dos equipos mejores clasificados. Perú se tendría que enfrentar a los EEUU, era inevitable (y justo también). Perú ganó el primer set más o menos cómodamente, a pesar de la lesión de Denisse en el tobillo (sin embargo, ella siguió jugando a pesar del dolor). Los dos siguientes sets fueron indiscutiblemente ganados por los EE.UU. Tara Battle, Tonya Sanders, Caren Kemner y Elaina Oden estuvieron imparables. Perú no conseguía armar un buen bloqueo, las jugadoras se comenzaron a pelear entre ellas, y Gaby—la que más anotaba puntos—comenzó a mostrar cansancio. Pero en el cuarto set, Perú logró recuperar su juego y forzó un quinto set.
La decisión llegó a un set de “muerte súbita”. El marcador comenzó parejo pero los EEUU consiguieron unos puntos cruciales de ventaja que Gaby desesperadamente trató de recuperar al final. Pero fue Kemner la que puso el mate final y le dio a su país el tan ansiado boleto a Barcelona ‘92. Para el Perú, no clasificar fue casi tan doloroso como perder en el ‘88. El destino tantalizó con uvas y agua al hambriento y sediento equipo peruano.
Después de este capítulo tan triste en Japón, las Olimpiadas de Barcelona no tuvieron la misma emoción para el público peruano. Hubieran sido unos juegos muy interesantes, pues los dos equipos que eliminaron al Perú—los EEUU y Brasil—terminaron en tercer y cuarto puesto, respectivamente, detrás de Cuba y el Equipo Unificado (CEI, ex-Unión Soviética, o como sea que se llamó). China quedó en penúltimo lugar, el peor resultado para este país en los juegos olímpicos.
Cusco '93: el último triunfo peruano
En 1993, se llevó a cabo el Mundial de Juveniles en Brasil, en donde el Perú obtuvo el cuarto puesto detrás de Cuba, la Ukraína y Corea del Sur. Igualmente, el Mundial de Menores también resultó en un cuarto lugar para las peruanas (a pesar de una controversia por la edad de una de las titulares—qué vergüenza). Estos resultados parecían prometer una buena base de jugadoras para el futuro; sólo era cuestión de continuar su desarrollo y medirlas contra otros equipos internacionales.
Este año más que nada, marcó el último triunfo peruano a nivel internacional, y qué mejor lugar que en el mismo Cusco (ciudad a 3225 metros sobre el nivel del mar) en donde se disputaría el campeonato sudamericano. El Cusco puso a prueba los pulmones de ambos sextetos pues tanto las peruanas como las brasileras practican en ciudades cerca al nivel del mar.
Cusco fue el sudamericano más importante de todos. Sirvió para probarle a Brasil que el Perú no se había ido. [Foto de Martín Dolmos, de la revista Estadio]
Como era de esperarse, la gran final entre estos dos gigantes continentales estuvo llena de emoción, aunque el segundo y tercer set fueron fáciles victorias para uno y otro equipo. Gaby se lució, conectando con Rosa en bolas cortas y zagueros imparables. No sólo eso, bloqueó a Hilma tantas veces que Brasil lamentó mucho la falta de Ana Moser. Ericleia Bodziak “Filó” jugó muy bien pegando de esquina, Ida lograba casi todos sus puntos cuando Gaby no estaba adelante, y Márcia—sempre ela!—se desempeñó muy bien a pesar de la obvia falta de oxígeno.
Al final, con ambos equipos cansados y sin aire, la barra mantuvo el partido vibrando con esa pasión tan intensa que sólo se vive en provincias. Cusco fue nuestra respuesta a Ibirapuera, pero en los Andes. A pesar de una controversia al final del cuarto set, el Perú recuperó el título sudamericano con un bloqueo de Gaby y Margarita sobre Márcia. Esta fue la última gran victoria a nivel internacional para la extensión de aquella magnífica generación, cuya racha comenzó en el Mundial del ‘82... Fue casi una década entera de maravillosos partidos la que nos brindaron estas jugadoras. Poco después de Cusco, Gaby anunció su retiro de la selección para irse a jugar profesionalmente en Italia.
La era post-Gaby
Después de Cusco, la selección pasó por varios cambios. Ese mismo año, se disputó la primera edición del World Grand Champions Cup en Japón, a donde asistieron cuatro campeones continentales, el campeón olímpico (Cuba) y el equipo anfitrión (Japón). Un disparejo equipo peruano quedó en último lugar pero no sin darle pelea a los demás equipos: un apretado 3 a 2 ante el equipo ruso y otro contra los EEUU fueron las mejores actuaciones del Perú en este torneo.
PEREZ [del Solar], su casiquilla # 5 siempre será recordada. [PanTel]
Después de esta competencia, el entrenador Man Bok Park también decidió retirarse como entrenador de la selección peruana para irse a entrenar al club japonés Ito Yokado. Otro coreano pasó a tomar su lugar, Jun Dug Park, pero la química entre él y las jugadoras nunca fue muy buena, tal vez por su castellano elemental. En los Juegos de la Buena Voluntad en San Petersburgo ‘94, Perú quedó nuevamente en último lugar. Rosa seguía armando, Natalia trataba de enseñar y alentar a las nuevas jugadoras, pero a excepción de Milagros Moy y a veces Yulissa Zamudio, el nuevo talento no tenía esa garra que caracterizó a anteriores generaciones peruanas. Ese mismo año, Perú participó en el Gran Prix en Asia (la versión femenina de la Liga Mundial de hombres), jugando partidos contra los mejores equipos del mundo. Sólo se ganó un partido en toda la competencia, frente a Holanda. En el Mundial de Mayores de Brasil ‘94, el resultado fue aún peor. El Perú perdió todos sus partidos y quedó fuera de la segunda etapa al perder contra Azerbaiyán, lo cual indicó que las cosas estaban graves en el vóleibol peruano.
Sandra Rodríguez ataca contra Azerbaiyán en el Mundial de Brasil '94, un mundial para olvidar.
Medidas desesperadas
Se trató, inclusive, de cambiar de escuela de juego, cuando la FPV optó por traer al entrenador cubano Luis Oviedo para adaptar al híbrido estilo peruano a los tiempos cambiantes. Con el cubano se trató de fortalecer la ofensiva peruana, tal como lo propagaban los equipos de Cuba, Rusia, Croacia y los EEUU. Pero esta intención, cuan buena que haya sido, fue un desastre pues el juego de fuerza no resultó eficaz para la mujer peruana, mayormente por el factor de la estatura. Enfrentar a una Regla Torres o una Yevguenia Artamonova no es nada fácil si se mide menos de 1.80m. El entrenador cubano fue criticado bastante, y más aún después del Mundial de Mayores en Japón ‘98, en donde el Perú tuvo que sudar la gota gorda para ganarle a equipos como la República Dominicana y Kenia. Poco después en setiembre del ‘99, por primera vez en muchísimo tiempo, Perú no llegó a la final del campeonato sudamericano jugado en Valencia, Venezuela, cediéndole el segundo lugar a un joven y creciente equipo argentino. Se puede decir que estos tiempos fueron absolutamente desastrosos—los peores de esta historia.
Vuelve Mambo
Antes de la Copa del Mundo en Japón en noviembre del ‘99, el surcoreano Man Bok Park regresó al comando de la selección nacional. No sé cuál habrá sido su motivó... de repente se dio cuenta que el estado de las cosas había empeorado desde su partida, o si él se había encariñado demasiado con el Perú, o si fue la FPV la que le pidió que por favor rescatara lo que pudiera de este programa que en antaño había sido tan exitoso. También regresaron Rosa García y Natalia Málaga, para aportar experiencia al equipo. No sé si esto le hará más bien o mal a un equipo que sigue usando a la misma armadora desde hace más de quince años (por inercia más que por nada). El problema es obvio: no hay una armadora suficientemente buena que reemplace a Rosa. A pesar de su edad, la magia de Rosa García ha elevado el juego de todas las jugadoras, aunque se nota que ella está muy lejos de sus mejores tiempos. Esperemos que la sabiduría de Mambo pueda traer un último y desesperado renacimiento al vóley peruano, uno que se pueda sustentar por sí solo cuando Mambo se vaya.
En la Copa del Mundo en Japón ‘99, Perú no le ganó a ninguno de los equipos mayores, tan sólo a Túnez y Argentina. Pero hubieron pequeñas señales de esperanza: un set ganado frente a China, Croacia, Italia, y uno casi contra Cuba. El partido contra los EEUU—otro equipo que anda en proceso de reconstrucción total—llegó a cinco sets. Comparado con el alentador comienzo de esta gran historia estas “migajas” no dan mucho de qué alegrarse, pero el Perú mantiene las esperanzas de ver un renacimiento a la vuelta. Un punto positivo fue que el equipo dejó de depender enteramente de Natalia y Rosa: las mayores anotadoras fueron Leyla Chihuán y Patricia Soto, nombres nuevos que ojalá lideren a la nueva generación. De las jugadoras intermedias, Milagros Moy y Yulissa Zamudio también dieron buenas actuaciones.
El nuevo equipo peruano: Yulissa pegando una corta, y Patricia lista para el apoyo (o haciendo la coja en finta). [Foto de Daniela Tarantini, fotógrafa de la FIVB]
Con Mambo de regreso, el Perú le ganó a Argentina por 3 a 2 en Lima en enero de 2000, para así clasificarse a las Olimpiadas de Sydney. Fue un partido vibrante que no debió ser tan ajustado, pero las nuevas jugadoras mostraron una garra que no se había visto desde 1993. Puede ser que Rosa vaya a Sydney, lo cual sería increíble pues hace quince años fue que ella jugó en Los Angeles ‘84, luego en Seúl ‘88, y por poco no jugó en Barcelona. Si se hubiera quedado con el equipo peruano que fue a Atlanta, Sydney sería su cuarta olimpiada. Pero no, estas son fantasías solamente. Veremos qué pasa, y esperemos que esta historia tome un mejor rumbo con los nombres de la nueva generación.
LA ERA DE MANBO Y LOS TRIUNFOS

Mundial Juvenil México '81
En 1981 se llevó a cabo el segundo Mundial Juvenil en México. Estas competiciones internacionales eran valiosas porque brindaban fogueo a las jugadoras a temprana edad. Mambo mandó a un joven equipo que sorprendió y obtuvo la medalla de plata, perdiendo 3-1 contra Corea del Sur en la final. De este jovencísimo equipo subcampeón juvenil mundial salió la base de la generación que triunfaría a nivel mayores hasta fines de los ‘80s: Cecilia Tait, Gina Torrealva, Raquel Chumpitaz, Denisse Fajardo, Natalia Málaga y Rosa García.
IX Mundial de Mayores Perú '82
Mambo rápidamente incorporó a estas energéticas juveniles a la selección de mayores que él dirigía, y ¿qué mejor ocasión para mostrar sus logros que en el mundial de mayores que se llevó a cabo en el Perú en 1982? Complementado por las experimentadas Aurora Heredia, Ana Cecilia Carrillo, Cecilia del Risco, Carmen Pimentel y Silvia León, el equipo peruano utilizó la vitalidad de sus subcampeonas juveniles para lograr una fórmula eficaz. Juntas, lograron una de las derrotas más importantes de esta historia: 3 a 0 sobre los Estados Unidos en la semifinal, algo que nadie se esperó. Con ello, Perú obtuvo el pase a la final del campeonato en su propia casa. Y a pesar de perder por un contundente 3 a 0 ante un brillante equipo chino liderado por la fabulosa Lang Ping, llegar a esa final fue como ganar el
El sexteto que se coronó subcampeón mundial en su propia casa: Cecilia del Risco (6), Cecilia Tait (7), Raquel Chumpitaz (4), Gina Torrealva (11), Aurora Heredia (10) y Denisse Fajardo (9). Fue una hazaña de esas que nadie se esperaba... [Archivos de El Comercio]campeonato en sí. El coliseo Amauta en Lima fue un pandemonio de alegría, coronando a dos equipos contentos con los resultados obtenidos (como se evidenció en esa histórica foto tomada después del partido).
El podio al final del campeonato: China en primer y Perú en segundo lugar. Un resultado sorpresivo que dejó contentos a ambos países. (En tercer lugar quedaron los EEUU. El entrenador Arie Selinger dijo mucho después que el Perú no debió quedar en tan alta posición. Please, Arie...) Luego nombraron a las mejores jugadoras del campeonato: la china Lang PIng y la peruana Cecilia Tait. ¡Fue un doble honor para el Perú!
* Anécdota: Una de las noches del mundial, las jugadoras peruanas decidieron recurrir a lo sobrenatural para saber cuál sería el resultado en las cuartas-de-final ante el equipo de Japón, pues si ganaban irían a la semifinal ante los EEUU. La capitana Anacé Carrillo utilizó un tablero de ouija para llamar al espíritu del recientemente fallecido Akira Kato. El tablero indicó que sí, efectivamente el Perú le ganaría a ambos equipos rumbo a la gran final. Las peruanas no lo creyeron, e inclusive estaban listas para perder contra Japón e ir rumbo a Trujillo para jugar el partido por el quinto puesto… ¡Gracias Akira! * [Gracias a Gina Torrealva por esta anécdota.]
La histórica foto al final del partido... ¡qué diferencia a los partidos de hoy en día entre Brasil y Cuba!
XXII Juegos Olímpicos Los Angeles '84
La siguiente meta para la selección peruana fue obtener medalla en los Juegos Olímpicos de Los Angeles ‘84. Para entonces, Mambo ya había incorporado a varias jugadoras nuevas: Rosa como la nueva armadora, Natalia Málaga asumiendo una posición titular, Sonia Heredia (hermana de Aurora) y una jovencísima Gabriela Pérez del Solar, que en aquel entonces era altísima pero aún verde a los quince años. El resultado de estas olimpiadas fue un tibio cuarto puesto para el Perú, que perdió la medalla de bronce ante Japón. China se convirtió en el fenómeno de los ‘80s, ganando la medalla de oro sobre los EEUU en otra final arrasadora por 3 a 0.
El ámbito continental
Mientras el Perú crecía a nivel mundial, las eternas adversarias continentales siempre fueron las brasileras (sé que se dice "brasileñas", pero escojo usar esta otra palabra por su mayor semejanza al gentilicio en portugués). A excepción del lamentable capítulo de Santo André en 1981 (donde Perú perdió por una absoluta falta de respeto por parte del público brasilero), Perú ganó todos los campeonatos sudamericanos contra Brasil en los ‘80s (sumando a un total de 12 títulos, contando el del ‘93). No hay que quitarle mérito a Brasil, pues con un estilo similar de fuerza y velocidad combinada, siempre fue digno rival. Afortunadamente para nuestros vecinos sudamericanos, un programa ordenado y cuantioso dinero de patrocinadores ha sustentado un buen campeonato doméstico con un nivel altísimo de juego que ha llevado al vóleibol brasilero a su más alto nivel en la década de los ‘90s.
Un partido entre China y Perú en la Copa del Mundo en Japón 85. Yang Xilan le arma una bola a Liang Yan, con Sonia Heredia y Rosa García alistándose para bloquear. X Mundial de Mayores Checoslovaquia '86
En 1986, Perú asistió al Mundial de Checoslovaquia con ganas de borrar el sabor de Los Angeles. Para entonces, Mambo ya había incorporado a Gaby Pérez del Solar al equipo. Con su elevada estatura ella se convirtió en una arma esencial en la red, formando un dúo imparable con Rosa García. Parecía una conexión por telepatía la que tenían ellas, pues de cualquier ángulo, a cualquier altura y en los momentos más inesperados Rosa le levantaba bolas rápidas a Gaby que nadie podía defender. Pronto el bloqueo adversario acostumbró a tener siempre a una jugadora subiendo con Gaby, con lo cual las atacantes de puntas tuvieron más ángulos libres por donde efectuar sus ataques.
En Checoslovaquia ‘86, Perú le ganó a Alemania Federal, Brasil, Corea del Sur, Bulgaria y al equipo anfitrión, perdiendo sólo ante Cuba por 3 a 2. Perú obtuvo pase a la semifinal contra la gran máquina china, mientras Cuba y Alemania Democrática (DDR) se enfrentaron en la otra. Esa semifinal la comenzó Perú de manera brillante, con Gaby atacandoimpecablemente por el medio y con Denisse y Cecilia imparables por las puntas. El set fue bien reñido, llegando a 14-14, 15-15, 16-16. Perú demostró gran valentía en este set (probablemente uno de los mejores sets jugados por esta selección). La diferencia la puso China, que sí logró los puntos cruciales en los momentos debidos. Recuerdo que en una oportunidad, Cecilia pudo obtener el set-point cuando Rosa le levantó una bola mediana de espaldas que ella reventó con su brazo zurdo. Lamentablemente para las peruanas, la fabulosa defensa de Zheng Meizhu impidió que la bola tocara campo chino. Gracias a esa jugada espectacular, China recuperó la bola y luego hizo dos puntos para cerrar el set en 18-16. Fue tan desalentador para las peruanas perder ese primer set que en los dos siguientes sets Perú se desvaneció por completo, dándole a China un pase fácil a la final contra CubaUn poco desanimadas llegaron al partido por la medalla de bronce ante un fuerte equipo de la DDR. Las peruanas se veían tiesas y privadas de su típico espíritu luchador. Perdieron el primer set cuando un mate de la alemana Ute Oldenburg pegó en el bloqueo peruano, rebotó en la cara de la alemana, y cruzó la red para caer en campo peruano . La suerte de Alemania fue como sal en la herida, pero así también se ganan puntos en los deportes... En el segundo set, la DDR parecía distanciarse hacia la victoria; las alemanas llegaron a 9-2 cuando Mambo pidió tiempo-¡y qué les habrá dicho porque regresaron a la cancha transformadas! Poco a poco, las peruanas se concentraron y lograron desbaratar al equipo alemán. Gaby y Rosa reanudaron su conexión milagrosa y prácticamente rescataron al equipo de un consecutivo cuarto lugar. Nunca olvidaré sentir cómo el Perú se iba despertando con cada mate de Gaby; al final del cuarto set uno ya sentía venir la victoria, además que en aquellos tiempos, América Televisión ponía la famosa canción de “manos peruanas, gloriosas se elevan y ¡punto!” con banderas en el trasfondo mientras se escuchaban a las suplentes gritando de emoción... ¡era todo un espectáculo!
Fue importante ganar esa medalla de bronce por otra razón—tal vez una de la cual la mayoría de los peruanos nunca se percataron: en plena guerra fría, el Perú logró clasificarse entre los cuatro mejores equipos del planeta como el único país no-comunista del grupo. (China campeonó, Cuba ganó la medalla de plata, y la DDR quedó en 4to lugar.) Si uno supiera cuán diferentes eran las sociedades que crearon a estas deportistas, uno podría apreciar lo bien que las peruanas se midieron frente a los productos humanos de aparatos deportivos que los gobiernos comunistas utilizaban para reforzar y fomentar su ideología.
Después de Checoslovaquia ‘86 la selección nacional pasó por una fase de renovación, dándole oportunidad a jugadoras como Cenaida Uribe, Sonia Ayaucán y Luisa Cervera para adquirir experiencia. A la vez, Rosa, Natalia y Gaby comenzaron a asumir roles de liderazgo en ausencia de las jugadoras más experimentadas (que se fueron a jugar a la liga profesional italiana). En aquel entonces, el programa de desarrollo del vóley peruano era muy bueno, pues organizó giras por Japón y Corea y aseguró la participación peruana en competencias importantes como los Juegos de la Buena Voluntad en Moscú ‘86 y los Panamericanos de Indianápolis ‘87, en donde Perú ganó plata en ambos. Con los meses repletos de torneos, giras y prácticas rigurosas, y jugando contra los mejores equipos del mundo, la selección peruana llegó a la cúspide de su nivel en la Copa Japón de 1987.
1987: el mejor resultado a nivel internacional
La Copa Japón (torneo similar a la Copa del Mundo) se llevó a cabo con el sistema experimental del “rally-point”, jugándose a 30 con dos puntos de diferencia. El resultado no fue muy prometedor, pues los sets se alargaron demasiado. No fue hasta 1989 que el rally-point sería implementado para el quinto set solamente, y en 1999 para todo el partido.
Gina, Rosa, Sonia y Natalia felices al ganarle a la URSS. [AméricaTV]
En este torneo, Perú enfrentó a las campeonas mundiales chinas—que estrenaban a una nueva jugadora central, Li Yueming—y terminaron ganándoles a las asiáticas en 5 sets. Esta victoria sobre el mejor equipo del mundo sirvió para alentar enormemente a las peruanas. Luego le ganaron a Japón, que contaba con la fabulosa levantadora Kumi Nakada organizando una típica ofensiva japonesa rapidísima. Tras jugar otros partidos, Perú llegó al partido definitorio ante la URSS y sus poderosas atacantes Irina Smirnova y Valentina Oguienko. Con un triunfo, Perú se aseguraría el primer puesto en este torneo de gran importancia. Y así fue, con una victoria por 3 sets a 1 que le dio al Perú su primer título internacional venciendo a los mejores equipos del mundo (a excepción de Cuba que no asistió). Sin embargo, aún cuando la victoria ya era peruana aún quedaba un partido más por jugarse ante los EEUU, que había dicho que si bien Perú era el campeón de la Copa Japón no se llevaría la copa invicto. En cinco sets, el Perú venció y se quedó con la última palabra en el asunto, anunciándole al mundo que iba a luchar duro por el oro en las Olimpiadas de Seúl. (¡Ya se imaginan lo que pasó por la mente de todos los equipos cuando Cuba anunció su segundo boicot olímpico consecutivo!)
En los meses anteriores a las olimpiadas, el equipo peruano asistió a dos campeonatos en Europa Oriental: la Copa Chivilín en la URSS y la Copa Liberación en Checoslovaquia. Ambos campeonatos los ganó la URSS, indicándole al Perú que las soviéticas también iban con todo hacia la medalla de oro. A pesar del sistema ofensivo más simple y menos creativo que usaban las soviéticas, el resultado era increíblemente efectivo por su fuerza y altura. Manteniendo a este rival en mente, Perú partió hacia Seúl con las más altas esperanzas.
LA ERA DE AKIRA

Akira Kato—el demandante entrenador japonés, cuya visión del potencial de la mujer peruana comenzó a propulsar a las voleibolistas a nivel internacional. Sus entrenamientos rigurosos al estilo asiático sirvieron para crear una base sólida de fundamentos, y por supuesto, para hacer que las atletas alcanzaran un óptimo estado físico. Akira llegó al Perú por invitación de la Federación Peruana de Vóleibol (FPV) a mediados del ‘65, y estuvo al mando de la selección hasta el fin de los ‘70s. En marzo de 1982, a escasos meses del Mundial de Mayores en el Perú, Akira Kato murió en la ciudad de Lima. El se había encariñado con el Perú y el país ciertamente lo recordará siempre como “el padre del vóleibol peruano”.
El Divino Maestro—el colegio/internado que albergaba a las jugadoras seleccionadas en provincias y traídas a Lima para recibir una educación paralela a los entrenamientos de vóley. Este instituto, por más limitado que haya estado en cuanto a recursos, fue el nido donde se congregaron los mejores prospectos del vóley peruano. Gracias a ello, las jóvenes que fueron seleccionadas podían dedicarse a tiempo completo al vóleibol mientras se desarrollaban en otros campos útiles a su propio futuro. Para un país pobre como el Perú, esta fue una gran ayuda para las jugadoras.
Una vez que Akira Kato logró formar una buena base de jugadoras, las generaciones venideras fueron mejorando cumulativamente. La fórmula de juego que Akira introdujo al Perú fue una fusión del juego rápido de la escuela asiática con el juego de potencia de Europa. La jugadora peruana—que en promedio de estatura no es muy alta—se benefició enormemente del juego rápido asiático, pues así podía esquivar el bloqueo alto de jugadoras físicamente más grandes. Esta fórmula ha caracterizado al vóley peruano hasta el presente, aún después de la muerte de Akira.
HISTORIA DEL VOLEY PERUANO

El voleibol en el Perú ha logrado hacerse un espacio en el voleibol femenino mundial, ya que ostenta un subcampeonato mundial, una subcampeonato olímpico y una docena de campeonatos sudamericanos. La Selección femenina de voleibol del Perú tiene un pasado glorioso en este deporte, mientras que la selección masculina aún no ha podido sobresalir.
El voleibol es, desde hace muchos años, el segundo deporte más practicado y difundido entre la población peruana. Forma parte del programa regular del curso de Educación Física en los colegios y ha sido pilar fundamental en el desarrollo femenino dentro de la sociedad peruana.
En muchos sitios dentro del Perú se practica este deporte como hobby, ya que es muy factible la compra y utilización de la característica red. En las tiendas deportivas se pueden encontrar instrumentos para la práctica profesional: (pelotas, uniformes, rodilleras, etc.). Hay campeonatos locales de voleibol casi todas las semanas en algún barrio del país, donde se reparten premios importantes.
Por último, el "voley" es uno de los pocos deportes, dentro de la sociedad peruana, donde hombres y mujeres pueden jugar en un mismo equipo, aunque no siempre. Los equipos mixtos son muchos más vistosos de ver que los equipos de un solo sexo
El voleibol es, desde hace muchos años, el segundo deporte más practicado y difundido entre la población peruana. Forma parte del programa regular del curso de Educación Física en los colegios y ha sido pilar fundamental en el desarrollo femenino dentro de la sociedad peruana.
En muchos sitios dentro del Perú se practica este deporte como hobby, ya que es muy factible la compra y utilización de la característica red. En las tiendas deportivas se pueden encontrar instrumentos para la práctica profesional: (pelotas, uniformes, rodilleras, etc.). Hay campeonatos locales de voleibol casi todas las semanas en algún barrio del país, donde se reparten premios importantes.
Por último, el "voley" es uno de los pocos deportes, dentro de la sociedad peruana, donde hombres y mujeres pueden jugar en un mismo equipo, aunque no siempre. Los equipos mixtos son muchos más vistosos de ver que los equipos de un solo sexo
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